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El Masaje Infantil es una tradición milenaria, originada en Oriente y traspasada por generaciones de madres a hijas. El objetivo principal es promover el Tacto Nutritivo para los bebés, y generar una conexión estrecha entre los padres y sus hijos.

¿Para qué sirve el Masaje Infantil?

Los beneficios de esta práctica han sido ampliamente estudiados y documentados y se dividen en cuatro grandes categorías:

  1. Estimulación: ciertos movimientos estimulan el funcionamiento de los sistemas fisiológicos del organismo, promoviendo una mejor digestión y eliminación de gases, mejorando el tono muscular, la coordinación motora, la activación de las defensas y el desarrollo neuronal, entre otros.
  2. Relajación: permite que los niños duerman mejor, que se relajen en los momentos de mayor tensión, que calmen llantos y asocien esta práctica con un momento de calma y placer.
  3. Liberación/Alivio: gracias al masaje infantil los niños se liberan de manera física y afectiva. En el primer caso se alivian dolores y molestias en general, tales como los de la dentición y las vacunas, ya que la estimulación vigorosa de la piel facilita la liberación de múltiples hormonas, como las endorfinas (opioides endógenos) que producen sensación de bienestar y confort. En relación a la parte afectiva, el masaje infantil proporciona alivio a los temores, como por ejemplo los terrores nocturnos, que van a ser calmados gracias a la entrega de la seguridad, protección y confianza que proporcionan los padres durante la práctica.
  4. Interacción: se fortalece la interacción entre los padres y su hijo a través del Tacto Nutritivo como forma de comunicación.

La práctica del masaje puede comenzar tan pronto nace el bebé y es importante ir aplicándolo progresivamente en el cuerpo, poco a poco, ya que los recién nacidos no están acostumbrados a que los toquen.

La técnica en si varía de una corriente a otra, pero todas coinciden en que debe ser un tacto amable, como una caricia.

Se recomienda utilizar aceites vegetales, de preferencia sin olor, ya que el olor que prefiere tu bebé es el tuyo y viceversa. Los aceites vegetales prensados en frío tienen muchas vitaminas que nutren la piel de tu hijo, son comestibles y se absorben rápidamente sin obstruir los poros; a diferencia de la vaselina líquida, que al ser derivada del petróleo obstruye los poros y no se absorbe (además de que no es comestible).

Si dispone de él, el ideal sería utilizar aceite de almendras dulces prensado en frío, pero si no lo tienes a tu alcance puedes usar aceite de oliva, de maravilla o de pepita de uva.

En relación al ambiente, es importante que busques un lugar tranquilo y con temperatura agradable, ya que desnudarás completamente a tu bebé. Puedes usar música relajante o canciones de cuna como complemento.

Presta especial atención a que haya pasado al menos media hora desde que tu hijo se alimentó para evitar que vomite, y que se encuentre en un estado alerta y tranquilo, receptivo al masaje. Si observas señales de disgusto, es preferible suspender la sesión. En total la duración del masaje completo debería ser no mayor a 15 – 20 minutos.

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