Cuando estás amamantando ❤, la leche que produces se fabrica a partir del agua y los nutrientes que corren por tu sangre. Cuando no tienes una buena nutrición, estos elementos se sacan de tus reservas, haciendo que tu leche siga perfecta para tu bebé 👶, pero a expensas de tu cuerpo.
Por esto, es importante mantener una dieta balanceada, que incluya todos los grupos de alimentos. Es fundamental consumir pescados y mariscos, ya que contienen ácidos grasos esenciales para el desarrollo del sistema nervioso de tu bebé. En caso de que no los consumas con frecuencia, es recomendable ingerir un suplemento de omega 3.
¡No existen alimentos prohibidos durante la lactancia! Puedes comer lo que quieras, incluidas comidas crudas (como sushi🥢🍣) y comidas supuestamente «flatulentas», como el brócoli, coliflor, alcachofa, repollo y legumbres.
.
Lo que comes pasa a tu leche y le va dando un sabor característico. Es como si tu hij@ estuviera en un restaurant: la leche materna lo expone a diversos sabores diferentes.
Habrá ciertos alimentos que le provocarán gases a tu bebé, pero no son los mismos para cada niñ@. Por eso tienes que fijarte; si cada vez que comes una determinada comida tu bebé se muestra incómodo unas horas después, es preferible que evites ese alimento.
En el caso de las madres veganas o vegetarianas, se aconseja que consuman algún multivitamínico que contenga complejo B.
Los alimentos y líquidos estimulantes, tales como el chocolate (si! el chocolate…), el café☕, el té y las bebidas cola🥤, es recomendable consumirlos en cantidades moderadas ya que podrían hacer que tu bebé se irrite.